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En el año 1988 Vicente J. González (Valencia, Spain 1943), preside el grupo empresarial, compuesto por Vistamil, S.A., Marlboro, S.A. y Okland, S.L., dedicado a la fabricación de los famosos pantalones vaqueros Marboro, de venta masiva en España. Desde los primeros años de su juventud alternó sus estudios en la Escuela de Comercio de Valencia con la ayuda en el abnegado trabajo que la pequeña empresa de su padre le requería, en aquellos tiempos de difícil transición. Entregó su labor honesta y vital al servicio de la economía familiar, en un ímprobo esfuerzo por reunir y conexionar un equipo de excelentes profesionales, que le llevaron en la década de 1970 a consolidar el éxito, definitivamente. El año 1984, tras una larga etapa de triunfos empresariales, simultaneados en enfrentamientos judiciales con la Compañía multinacional Philip Morris de New York, por pleitos distintos sobre la propiedad de la marca Marlboro, consigue, mediante un (Join venture), crear entre ambos litigantes una nueva empresa: MARLBORO LEISURE WEAR ESPAÑA, S.A. La noticia constituyó un hito dentro de la Propiedad Comercial e Intelectual de nuestro país, y fue anunciada en todos los medios de comunicación.

Se pacta un gran acuerdo con la Compañía Internacional, no solo por consolidar y sobrevalorar todas las marcas en propiedad del grupo (aproximadamente 20), sino porque, el propio Pacto, económicamente, aportaba en cada anualidad-publicitaria unos beneficios atípicos extraordinarios.
En estas circunstancias, después de cuatro años de obtener nuestro Grupo la EXCELENCIA EMPRESARIAL, repentinamente, surge un enfrentamiento societario incomprensible, y entre un mar de perplejidades, en pocos meses, se pierde cualquier expectativa capaz de sujetar un futuro, previsiblemente, de formidables expectativas internacionales en el sector textil.
Este libro expresa con singular crudeza, no exenta de fino humor, la enorme capacidad que tienen algunas personas por destruir sus acomodados medios de vida con una habilidad que supera el pasmo, anulando la razón y el discurso normal de cualquier persona.
Con su lectura, se puede evitar la “ruina candorosa” de muchas empresas unidas por estrechos
vínculos familiares, que pasan por circunstancias de parecido despropósito, si se descubre el verdadero intríngulis por el que se llegó a este extremo, y llegar a tiempo, si fuera posible, al nudo del problema, para corregir daños sentimentales y económicos irreparables.

 

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